La disputa entre Israel y el grupo islamista palestino Hamás continúa escalando al décimo día de la guerra, declarada el pasado sábado 7 de octubre, cuando Hamás sorprendió a Israel con bombardeos e inflitraciones en su territorio.
En represalia, Israel mantiene un bloqueo fronterizo y de suministros a la Franja de Gaza, donde opera Hamás. El ejército israelí también persiste con los bombardeos a la región donde habitan 2,4 millones de personas.
Las autoridades de Israel, además, han negado un alto al fuego o a levantar la restricción fronterizapara que pueda entrar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, que depende totalmente de los suministros que ingresan por sus fronteras.
Las autoridades israelíes habían advertido a los habitantes de Gaza que huyeran de sus ciudades hacia el sur de la región, pues iban a lanzar un ataque masivo. Miles de palestinos se apresuraron a huir al destino indicado por Israel, solo para ser bombardeados poco después.
Según CNN, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) emitieron la advertencia el viernes. Por medio de llamadas telefónicas y folletos, les indicaron a los palestinos que se fueran de sus hogares “por su propia seguridad y la de sus familias”.
“La orden de evacuar a 1,1 millones de personas del norte de Gaza desafía las reglas de la guerra y la humanidad básica”, aseguró Martin Griffiths, jefe de la Oficina de la ONU.
La Organización Mundial de la Salud también indicó que la orden de evacuación de Israel al norte de Gaza es una condena de muerte para los enfermos y heridos de los hospitales de la zona.
Alrededor de 500.000 palestinos han huido del norte de Gaza hacia el sur desde el viernes, reportó CNN. De acuerdo al primer ministro palestino, Mohammad Shtayyeh, los bombardeos israelíes han matado a 2.800 personas en los días que han pasado desde que se declaró el estado de guerra. (I)
