El flamante gerente de Petroecudor, Reinaldo Armijos, empezó su gestión frente a la estatal petrolera con una serie de disposiciones, tras la renuncia de Ramón Vivanco. Entre ellas, el desalojo de mascotas de las instalaciones operativas de la empresa pública.
El 12 de octubre, Petroecuador anunció la renuncia voluntaria e irrevocable de Vivanco a la Gerencia General de la estatal petrolera. Él fue el séptimo gerente de la empresa pública en el gobierno del presidente de la República, Guillermo Lasso.
Reinaldo Armijos asumió el cargo y, entre sus disposiciones iniciales, ordenó el desalojo de perros u otros animales de las instalaciones operativas de Petroecuador. También dispuso, entre otras cosas, la prohibición de alimentar a otros animales con alimentos del comedor.
En otros temas, Armijos también ordenó la presentación de informes semanales, verificación de la presencia de médicos en las áreas operativas de forma continua, probar los sistemas contra incendios y generadores; entre otras disposiciones.
A través de un pronunciamiento, la estatal petrolera explicó que la disposición de el desalojo de mascotas de las instalaciones operativas responde a normas internacionales de control y prevención de riesgos biológicos.
Asimismo, indicó que “se han iniciado acciones encaminadas para buscar alternativas y reubicar a los animales domésticos”. También destacó que estos “principios de seguridad” constan en los planes de manejo ambiental de todo el sistema operativo de Petroecuador.
La estatal petrolera también se comprometió a informar sobre los avances de la gestión, así como la continuación del desarrollo de acciones que “garanticen una gestión eficiente en concordancia con el cuidado del medio ambiente”.
