A pesar de la frenética actividad del ‘Black Friday’, miles de empleados de Amazon en una decena de países no se dejaron detener y se sumaron a una huelga el 24 de noviembre. Incluso en Estados Unidos, la patria del ‘Viernes Negro’, los trabajadores aprovecharon la jornada de ofertas para presionar en su lucha por mejores condiciones laborales.
La protesta, que abarcó a empleados de EE. UU., Francia y Japón, se alineó bajo la consigna “Make Amazon Pay” (Hacer que Amazon pague), respaldada por 80 organizaciones sindicales. La demanda principal era la mejora de las condiciones salariales y laborales para los trabajadores.
En España, el sindicato Comisiones Obreras (CCOO) programó una hora de paro para el “Cyber Monday” del 27 de noviembre y también convocó una huelga de una hora al día siguiente de esta jornada de ofertas.
En Alemania, el sindicato Verdi llamó a una huelga que afectó a cinco centros de logística de Amazon, de un total de 20 en el país, desde el primer turno del viernes. Los sindicatos ven este “Black Friday” como una posible jornada de huelga histórica para Amazon, una empresa conocida por su resistencia a la actividad sindical.
A pesar de las protestas, Amazon minimizó el impacto del paro, indicando que los clientes podían esperar entregas fiables y puntuales, y afirmaron que la operación de la empresa no se vería significativamente afectada.
