El gobierno de Daniel Noboa ha tomado medidas para aliviar la crisis eléctrica que afecta a Ecuador, donde los apagones han llegado a durar hasta 12 horas. Entre estas, la reducción de los horarios de los cortes de luz en ciudades como Guayaquil, donde los apagones ahora no superarán las seis horas diarias. Aunque esto es un alivio temporal, sigue siendo insuficiente para muchos sectores productivos y hogares que dependen de una energía constante.
Además, el decreto presidencial que establece una tarifa del 0% en el IVA para la importación y venta de generadores eléctricos hasta el 31 de diciembre es un paso positivo para quienes pueden permitirse adquirir uno. Sin embargo, esta solución no está al alcance de todos los ecuatorianos, especialmente en zonas rurales y de bajos ingresos, que seguirán enfrentando las consecuencias de los apagones.
El problema de fondo sigue siendo la dependencia del país en una infraestructura energética vulnerable y la falta de inversión a largo plazo en energías renovables o en la modernización de los sistemas actuales. Estas medidas temporales pueden mitigar la situación actual, pero se necesita una solución estructural para evitar que la crisis vuelva a repetirse.
