El presidente Daniel Noboa asegura que su decisión de reducir los cortes de luz prolongados no fue populista, sino una muestra de empatía con los ciudadanos en medio de la crisis energética. En su entrevista con Rafael Cuesta, Noboa defendió su postura de no aceptar los duros recortes que recomendaban los técnicos, como cortes de 15 horas diarias. Él señala que buscó un balance entre la necesidad técnica y el impacto en la calidad de vida de los ecuatorianos, argumentando que su prioridad es “la gente”, a pesar de las críticas que pueden surgir en tiempos electorales. Para aliviar la crisis, Noboa no solo promete el perdón de 180 kilovatios por hora en las facturas de electricidad durante los próximos cuatro meses, sino que también ofrece ayuda financiera para juntas de agua y pequeños comerciantes. Sin embargo, reconoce que no todas las propuestas para aliviar la economía son viables, como una reducción del IVA, ya que eso podría desestabilizar las finanzas del país. Su visión es pragmática: aliviar a los ciudadanos sin arriesgar la solvencia estatal. Sobre las soluciones a largo plazo, Noboa enfatiza que su gobierno ha acelerado el mantenimiento de termoeléctricas y busca cubrir el déficit eléctrico contratando 1.500 megavatios adicionales. Además, menciona un enfoque audaz hacia nuevas fuentes energéticas, como la energía nuclear en cooperación con Francia y proyectos solares con apoyo canadiense. Lo cierto es que Noboa está tomando decisiones urgentes en un contexto difícil, pero insiste en que sus acciones están orientadas al bienestar de los ciudadanos. El verdadero desafío, sin embargo, es que esas medidas sean sostenibles a largo plazo y logren proteger la economía sin desatender las necesidades básicas de los ecuatorianos.